martes, 19 de octubre de 2010

Tu

Te mira. Ojos negros, profundos, infinitos. Su mirada te puede. Te despoja la inocencia, dejándote inerte. Te invade de pensamientos oscuros, de perturbadoras escenas. Te atrapa en un espiral hacía el olvido. Te inunda. Te muerde. Te desnuda...

Respiras. Silencio. Parpadeo. Respiras.

Notas las piernas inmóviles entre tus pasos. La sangre peleona entre tus dedos pesados. El corazón latente en tu garganta. Respiras. 

Pitillo. Fuego. Respiras. Dejas ir el humo de forma suave y larga, sin hacer ruido. Descansas la mirada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario